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Dando continuidad al proyecto ‘Manos a la ciénaga 2022’, estudiantes de pregrado se reunieron en las instalaciones de la universidad para apoyar la segunda fase de la estrategia de recuperación del ecosistema de la ciénaga en el Vía Parque Isla Salamanca. En el marco de la Semana de la Sostenibilidad, más de 250 estudiantes participaron de la siembra masiva de 500 semillas de mangle en Uninorte. Los instrumentos fueron variados, desde palas hasta cucharas de cocina, para cumplir el propósito de sembrar las semillas seleccionadas tras una recolección de 1000 ejemplares, el pasado 23 de abril.

La actividad se llevó a cabo en el Laboratorio Aula Viva, bajo la supervisión de la profesora Maritza Duque, coordinadora de Ecocampus, y Javer Herrera, asistente de la coordinación. Un total de 190 estudiantes se inscribieron para participar de la iniciativa, y 100 más asistieron como parte de su trabajo de clase.

Durante la jornada se explicó la forma correcta para rellenar las bolsas con tierra y la colocación acertada de los propágulos en su lugar de siembra. La intención es que estas pequeñas ramas estén hasta noviembre dentro de las instalaciones. Pasado estos seis meses, cuando estas plantas midan aproximadamente 30 cm de largo , serán llevadas nuevamente a la Vía Parque Isla Salamanca para reforzar el proceso de recuperación de la zona degradada.

El cuidado de estos propágulos será llevado a cabo por parte de estudiantes pertenecientes a grupos estudiantiles y profesores de Uninorte.

Para la confirmación de este pacto de preservación natural, el viernes 29 de abril, en el marco del Día del Árbol, los grupos estudiantiles IEEE SIGHT, Green Generation, Felinorte y Faunauticos leyeron y acordaron un acuerdo durante el tercer Encuentro Bajo la Bonga por la conservación de los 500 mangles sembrados.

Manos a la ciénaga nació en 2014 como respuesta a las quemas que se realizan desde hace más de una década en el Vía Parque Isla Salamanca. Según Naciones Unidas, los mangles son ecosistemas costeros, típicos de las zonas tropicales y subtropicales, que presentan una gran riqueza de biodiversidad, y son clave para la conservación de diferentes tipos de especies y vegetales, y la mitigación de los efectos del cambio climático, al ser capaces de absorber y almacenar CO2 en sus raíces.

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